La litosfera es la parte más externa de
la superficie de la Tierra o la corteza.
Es la zona externa de la Tierra, que
consiste en material de roca rígida.
Se encuentra en la parte superior de la
astenosfera, que es de 60 - 150 kilómetros de profundidad en la tierra, y
consiste en una capa suave, plástica de roca.
La litosfera contiene varias láminas
grandes llamadas placas litosféricas que son capaces de moverse sobre la capa
suave de la astenosfera.
Estas placas pueden ser tan grandes como
los continentes, y son capaces de moverse de forma independiente de las otras
placas. Es el movimiento de estas placas, que causa los terremotos.
La litosfera es de gran importancia para
el funcionamiento de los ecosistemas. Proporciona una base sobre la cual el
suelo, las plantas y los animales viven, y contiene muchos minerales y
elementos que son importantes para el desarrollo humano.
Los seres humanos han utilizado
elementos de la litosfera (tales como oro, aluminio y granito) para producir
bienes.
Sin embargo, la escala en que los seres
humanos hoy en día perforan en la litosfera es mucho mayor de lo que ha sido
históricamente, y esta actividad está comenzando a tener impacto en el
funcionamiento de los ecosistemas.
El propósito de muchas minas es perforar
en la litosfera con el fin de aprovechar los yacimientos minerales y de
extracción de recursos.
Hay
dos técnicas de excavación principales: minería a cielo abierto y minería de
subsuelo.
De las dos técnicas diferentes, la
minería de superficie es la más común, un 85% de los minerales en los Estados
Unidos se extraen de esta manera.
La minería de superficie se lleva a cabo
mediante la eliminación de la superficie de toda la vegetación, la suciedad y
rocas que están cubriendo los depósitos de mineral a extraer.
La minería de subsuelo consiste en la
perforación en la tierra para llegar a los depósitos de mineral.
Sin embargo, las actividades mineras
pueden tener graves impactos sobre el medio ambiente si no se toman medidas
apropiadas.
En particular, la minería de superficie
puede resultar en la pérdida de hábitat para muchos animales y plantas y
reducir la biodiversidad.
Las actividades mineras también
contribuyen a la deforestación mundial, que como hemos comentado, contribuye al
cambio climático.
Además, las actividades mineras a menudo
dejan residuos, que básicamente contiene todo el material de los residuos no
utilizados de la mina.
Estos a menudo pueden ser altamente
tóxicos y perjudiciales para la fauna local.
Aunque se intenta evitar la
contaminación en los ecosistemas naturales, las fallas ocurren, y a veces
material tóxico se abre paso en los ríos y lagos, y en los cuerpos de los
animales (incluso seres humanos).
Las
medidas ambientales a menudo son olvidadas en el sector minero, sin embargo,
con la creciente preocupación por la degradación ambiental y la pérdida de
biodiversidad, muchas organizaciones han tratado de mantener a los países y las
empresas mineras responsables de sus acciones.
FUENTE:
Unidad 2
Escenario Natural (nd) consultado el 11 de septiembre de 2015 en http://www.academica.mx/sites/default/files/adjuntos/35272/unidad_2_escenario_natural_0.pdf
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